Desde los primeros asentamientos prehistóricos, hasta el apogeo señorial y  pasando por las épocas de gran pujanza eclesiástica, Santillana del Mar ha venido adquiriendo un legado artístico, cultural y monumental incomparable.

Todo ello transporta al turista durante su visita a un tiempo lejano. Su inmejorable situación geográfica y el bello entorno natural en el que se enmarca, hacen que sea un lugar cercano y al mismo tiempo, un lugar alejado de todo en el que evadirse disfrutando del paisaje, de sus gentes y de su historia.

Desde el punto de vista arquitectónico y por su excelente conservación destacan: la Colegiata de Santa Juliana y el Claustro, que tiene su origen en la expansión del antiguo monasterio a mediados del siglo XII; las casonas – la Casa de Los Hombrones, la Casa de Los Quevedo, la Casa de Leonor De La Vega y la Casa de Los Sanchez Tagle- y los palacios – el Palacio de Los Velarde construido a mediados del siglo XVI en estilo renacentista y el Palacio de Viveda y de Mijares; la Plaza Mayor, el Ayuntamiento, y el Convento de las Dominicas así como numerosos museos como el Museo Jesús Otero, el Museo Diocesano Regina Coeli, el Museo de la Inquisición.

Además cuenta con una ferviente actividad cultural, que la convierten en uno de los referentes culturales de Cantabria y el resto del territorio nacional. Se celebran las festividades de Santa Juliana (28 de Junio), San Roque (15 y 16 de Agosto) y el Auto Sacramental de los Reyes Magos (5 de Enero). También se llevan a cabo numerosos festivales como el Festival Internacional de Títeres “Bisontere”(finales de Mayo), el Festival Capa y Espada (mes de Junio), el Festival de Música Infrecuente (en Septiembre) y Santillana al Aire (teatros y proyecciones cinematográficas en los meses de Julio y Agosto).

Una villa abierta a todos, cada día y cada hora del año, una villa moderna y actual, de ocio, de arte, de turismo y preparada para un futuro prometedor.